Friday, May 15, 2009

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Resulta que iba caminando por la calle, de regreso a casa, y junto a mí pasó un micro escolar lleno de niños gritando. Giré la cabeza y me encontré con la mirada de una de ellos, que me inspeccionaba de arriba abajo desde la altura de su cómodo asiento. Pude ver que se dio vuelta para contarle a su compañera, que no podía perderse de ver a esta rara muchacha.
Las observé curiosa; esas risas complacidas de sí mismas que copiarían de sus madres. Y sonreí.

Cuando seguí caminando descubrí la posible razón de su asombro: El pantalón de psicópata que me había olvidado que tenía puesto, ya que para mí es un pantalón como cualquier otro.


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Las pantuflas no son mías. Desgraciadamente.

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1 verdades:

Daniel Shields said...

jajaja yo tengo exactamente las mismas! jajja genialeeees

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