Wednesday, September 22, 2010

Iba a escribir cosas lindas. Les iba a contar sobre la nena que me regaló la hoja de Otoño (quesedespidió) más grande del Universo. Les iba a expresar mis ganas de pintar un Caballito de Mar. Les iba a compartir lo lindo de aprender a aprovechar y a disfrutar de la rutina. Les iba a contar de algún pequeño progreso de ideas que ya no me acuerdo.
Pero se me perdió.

Tampoco quiero describir la oscuridad de este momento. Las palabras que se incrustaron en mis ojos y colmaron mi garganta. El silencio y la quietud de mi habitación, en contraste con la música y las voces de afuera, que corren a la velocidad de la droga; las carcajadas, los colores, los olores... El movimiento constante. Todo ese ruido que soy incapaz de traducir en este momento.

Y no quiero jugar a la víctima ni a que el mundo se acaba mañana. No estoy acá para pedir auxilio, ni apoyo ni para que nadie me entienda. (Aunque ninguna de esas me vendría mal)
Que las emociones fuertes me desequilibren no quiere decir que no sepa quién soy (quién es).

Lo que quiero es bloquearlo de mí (ya no en segunda persona, sino en tercera). Quiero borrar todos mis intentos de encontrar seguridad, en el aire en que estoy parada. Quiero dejar de mentirme, de creer que no me alcanza conmigo, de que necesito más.
Quiero volver a mí.

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