Sunday, December 26, 2010

Hoy los soñé.
Él, me miraba con decepción y ni siquiera me saludaba.
Él, muy pendiente de sí mismo y sus cosas, apenas se percataba de mi presencia.
Él, me veía y corría a abrazarme con muchísimo amor.
Y me duele.
Pero, viendo eso claramente, puedo desprenderme, alejarme.
Para encontrarme con lo que me hace bien, con quien me hace bien.
El Sol nos espera.

Thursday, December 23, 2010

Pase, Sr. Dolor, adelante. Nos conocemos cada vez más...
No ves más allá de tu realidad.
Yo no veo más allá de mis sentimientos.

Tuesday, December 21, 2010

Quiero una manzana acaramelada. Urgente.

Wednesday, December 15, 2010

Me encanta meterme un tomate cherry entero en la boca y morderlo y que explote.

Sunday, December 12, 2010

Quiero rodearme de personas que quieren ser, no de personas que quieren tener.

Sunday, December 05, 2010

Escuché un ruido fuerte afuera de mi habitación, y estoy sola.
Hola.

Thursday, December 02, 2010

Cartas no correspondidas I

Lo único que nos queda es el silencio.
Para mí, es el ruido blanco de noche, que me persigue también de día... a donde quiera que vaya. Para vos, es la tranquilidad que te deja dormir de noche, porque pensás que ahora estás en libertad, pensás que estás en el camino hacia la Paz. "¡Acá estoy!", me grita el Silencio, la Nada, "y no te dejaré olvidar". Mientras tu memoria, rápidamente, comienza a fallar. "¡Acá estoy!", te ruego en silencio, "y jamás te podré olvidar". (No te quiero olvidar...)
Pero ya me voy, de la mano del tiempo.
Porque sé que, por más que ruegue, ya nada hay para mí en vos. Nada mío hay en vos. (Y tal vez nunca hubo...) Y sé también que, aunque quiera y aunque esté llena de cosas para darte, ya no puedo. No puedo porque vos no querés; aunque me digas que sí, yo sé que no. No puedo porque ya no soy libre con vos. (Si es que alguna vez lo fui.) Porque a cada segundo incrementa mi miedo. Sí, ese, lo conocés bien. Ese que no supiste manejar, ni tolerar. Ese que aún no aprendo a controlar. Incrementa porque la historia se repite y ya conozco el final. Tú final. Un final que creí que vos no conocerías tan bien. El final de los malos artistas que tienen prisa por exponer su obra. El final fácil, mediocre, irresponsable. El final de esas personas que se quejan de la gente que se queja. Se enojan porque el otro se enoja. Gritan para que no les griten. Se contagian tan fácilmente de eso que quieren dejar de presenciar... Y entonces es más fácil dejar de verlo.
Esa ilusa que hay en mí. Que creyó que podía mostrarte hasta su más oscuro rincón sin asustarte, y contagiarte. Que ahora lo entiende, y le resulta un poquito menos difícil dejarte. Que aprendió a no creer más. A no volver a ponerse un moño y regalarse si no hay unas manos que la reciban. Sólo agua inestable. Que termina pudriendo el envoltorio y ahogando todo rastro de vida. Pero, claro, ¿cómo culpar al agua? Es tan sólo un elemento. Alguien ha de usarlo. Y si no hay nadie más que el agua y yo, seré yo misma quien me causa todo esto. Así es que está en mí, y sólo en mí, escribir el final. Por eso intentaré cada día escribir uno distinto, hasta encontrar el correcto.
Si hoy tuviera que escribirlo, te diría adios para siempre. Porque mi esencia ama tu esencia; y, aunque el tiempo nos cambie, nunca voy a dejar de amarte.
Me gusta subir escaleras con mi pollera nueva porque es larga y tengo que levantarla como una dama antigua.
El último adiós. Ese que se dice en silencio.