Honestidad.

El día que deje de hacer cosas por las personas, las personas van a notar las cosas que hago por ellas.

Les das la mano, se te cuelgan del codo, y te dicen 'gracias' solamente por compromiso.

Estamos acostumbrados a hablar sin pensar.
Y, lo que es peor, estamos acostumbrados a hablar sin sentir.


No quiero escuchar una palabra a menos que la sientas desde las entrañas; prefiero el silencio. 


No necesito que me hagan sentir cómoda con sonrisas falsas y palabras lindas.
Mi comodidad está en la honestidad.


Todo lo demás nos aleja y nos separa. Es ridículo. Vivimos tan ciegos que creemos que aparentando cercanía y amor, se hacen realidad; en lugar de abrazar las distancias, aceptar las diferencias y dejar de esconder la angustia, para acercarnos de verdad.

Si querés estar cerca mío, sé sincero. Y, por sobre todo, respetame.

Descubrí que me dan muchísimo miedo e impresión los agujeros. No quiero dar detalles sobre ésto.

A veces me quedo trabada en el tiempo sin razón aparente...
El problema es que el mundo sigue girando.

Dormir escuchando el Viento es tan placentero como dormir escuchando la Lluvia.

A veces hago asociaciones que parecen cualquiera para los demás, pero para mí tienen todo el sentido.

Mi zona de confort es demasiado pequeña. Lo bueno es que salgo de ella constantemente. Lo malo es la incomodidad... Pero no es tan mala.

El otro día me tocó sentarme junto a dos fanáticos de la iglesia en el colectivo, y escuché muy atenta toda la conversación. La mujer iba con su hija, de diez años calculo, que estaba sentada al lado mío, muda. Recién cuando bajé, se me ocurrió que podría haberle dado un papelito con un mensaje o algo. Luego tuve la necesidad imperiosa de ir a escribir 'dios no existe' en la puerta de un colegio católico, o cristiano o lo que sea.

Que los grandes crean lo que quieran. Pero me indigna que metan ideas en las cabezas de los niños que todavía no tienen criterio propio.
No se dan cuenta del mal que les hacen. Y lo digo porque me lo hicieron.

"Un oasis de horror en medio de un desierto de aburrimiento."

Charles Baudelaire.

Odio cuando se pone de moda odiar algo.

Siento como si viviera de pepa. Acercándome y haciendo foco en algo; alejándome haciendo foco en otra cosa, y olvidando lo anterior.

Me dejo a mí misma en cada momento.

Me olvido a mí misma. Me vuelvo a encontrar.

Como cuando camino con amigos por la calle y me detengo a mirar algo o a sacar una foto, y tengo que  correr para volver a alcanzarlos.

Cuando vi The Breakfast Club por primera vez, era exactamente igual a Allison. Hoy tengo el look de Claire, pero en el fondo sigo siendo Al.

Quiero volver a tener una oruga en mi mano.

No puedo ser más feliz sola en mi habitación.